CRÍTICA Tokyo Godfathers

Oh, blanca Navidad

Si bien es cierto que las fiestas ya han terminado, y que hemos tenido que volver a la rutina, aún podemos disfrutar de algunas piezas clave de la Navidad, y sin duda alguna, Tokyo Godfathers es una cinta que, antes de que se vaya el frío, has tenido que ver.

La historia está ligeramente basada en una novela titulada ‘Three Godfathers’, escrita por Peter B. Kyne. La cinta toma esta novela solo como inspiración, dejando atrás el contexto en el que se desarrolla la historia del libro y ambientándolo en el Japón moderno, en una época más cercana al Año Nuevo.

Estrenada en el año 2003, la película está dirigida y guionizada por Satoshi Kon, considerado uno de los genios de la animación moderna, también conocido por películas como 'Perfect Blue', 'Paprika', o la serie 'Paranoia Agent'. Co-guionizada por Keiko Nobumoto, la película está producida por el conocido estudio de animación, MADHOUSE, conocido por 'Death Note' o, más recientemente, por adaptar 'One Punch-Man'.

En España, podemos encontrar la película doblada al castellano en DVD, distribuida por Sony Pictures Home Entertainment.

Tres protagonistas de 10

Gin, Hana y Miyuki son los protagonistas de nuestra historia, tres vagabundos que van a vivir la mayor aventura de sus vidas. Y es que, lo que parecía una tranquila y fría noche de Navidad, se convertirá en una auténtica carrera por encontrar a la familia de la pequeña Kiyoko, un bebé que han encontrado entre la basura.

Pero, a pesar de que el propósito de encontrar a los padres de Kiyoko es, a simple vista, el eje central de la trama, conforme avanzamos en la historia vemos que Tokyo Godfathers va mucho más allá. Y es que, el viaje que van a realizar estos carismáticos protagonistas va a presentar muchos obstáculos, que les harán recordar momentos de sus vidas que parecían olvidados.

Uno de los grandes aspectos de esta película es su reparto de personajes. Gin, Hana y Miyuki son tan distintos entre sí, que parece cosa del destino que se encuentren juntos. Es bastante complicado encontrar películas en las que todos los protagonistas consigan atrapar al espectador, y esta es una de esas. A pesar de sus diferencias, los tres tienen sus momentos cómicos y emotivos y logran cautivarnos a todos.

El personaje oculto

El destino es otro de los grandes protagonistas de esta película. La historia en sí parece construida a base de golpes de suerte que tienen los protagonistas, como podrían pensar algunos. Sin embargo, y aunque en un principio pueda parecer que solo es suerte, encontrar a Kiyoko es un mensaje, dirigido a los tres protagonistas.

Porque, como ya mencionaba anteriormente, durante esta aventura, los tres van a recordar ciertas cosas de su pasado que los llevaron a esa situación, y tendrán que hacer frente a muchos dilemas que creían haber dejado a un lado.

A lo largo de toda la película, vamos a ver diversas situaciones que, realmente, podrían considerarse fruto del azar, pero que, al final de la historia, resultan mucho más que eso. Desde el encontrar la comida del bebé en el momento oportuno, hasta toparse con las personas adecuadas, la historia avanza con un ritmo muy bueno hasta el desenlace final.

El final de Tokyo Godfathers es, en un aspecto general, un resumen de todo lo que podemos encontrar en el resto de la película: un último acto lleno de momentos divertidos, entrañables, e incluso misterios y acción.

Una combinación que casa a la perfección y llega a su punto álgido en los últimos momentos de la película. También es al final cuando vemos un último “golpe de suerte”, que, en mi opinión, roza lo surrealista. Aunque hayamos aceptado que el destino, Dios, o alguna fuerza superior, están intentando ayudar al bebé y a sus padrinos, no es necesario colocarlos en situaciones casi de ciencia-ficción.

Cabos sueltos

La duración y el ritmo de la película son realmente buenos. No hay relleno que pueda llegar a aburrirnos, ni se queda corta al contar la historia. Pero hay que decir que el final de nuestra historia podría haber sido más redondo. Sí, el centro la historia queda bien cerrada, que es siempre lo más importante, pero, en lo que respecta a las historias de sus tres protagonistas, podrían haberse explorado un poco más.

Por ejemplo, ¿no podrían haber contado un poco más de la relación entre Miyuki y su padre? ¿Volverá con su familia? ¿Lo hará Hana? Suponemos que hay que dejar ciertas cosas a la interpretación del público.

A pesar de todo, hay una última imagen que nos revela cual será el (fabuloso) futuro que les espera a los tres, lo que, después de lo que han vivido, es un final bastante merecido.

El trabajo con la animación es más que decente, sin ser una maravilla, cuenta con una gran número de escenas muy trabajadas. Sobre todo destaca el hecho de que, a día de hoy, no es una película que haya quedado obsoleta en el tema visual.

Para finalizar, mencionar que la banda sonora de la cinta, que tiene un estilo realmente navideño, acompañada de diferentes arreglos de villancicos populares, funciona muy bien a lo largo de la película. No deja de ser una banda sonora simple, con variaciones del mismo tema, pero que encaja con el propósito de la historia.