CRÍTICA Una carta para Momo

'Una carta para Momo' trata la historia de Momo, una chica de 11 años que debe trasladarse al pueblo de unos familiares, donde la vida transcurre tranquila para sus longevos habitantes. El traslado se debe a la muerte de su padre en un accidente de tráfico justo tras una discusión con Momo, quien le lanza unas fuertes acusaciones a su padre. Tras este traumático suceso, Momo encuentra una carta de su padre dirigida a ella donde tan sólo pone "Querida Momo".

Un día después de su llegada al pueblo, Momo comienza a percibir unos extraños entes a su alrededor. Espíritus que poco a poco se le hacen cada vez más visibles. Estos tres espíritus dicen haber sido mandados como espíritus protectores por el bisabuelo de Momo, quien los tenía cautivos en una pintura antigua. Momo tendrá que adaptarse a su nueva vida y a la superación de la muerte de su padre mientras intenta soportar la carga de tres molestos espíritus con quienes mantendrá una relación de amor/odio.

La película tiene un ritmo correcto, poco arriesgado y dentro de lo normal. Las situaciones se suceden delante nuestra como quien está sentado en un parque y ve pasar la gente. La trama principal es corta, pocas situaciones dan juego, con lo que el resto de la película son otras situaciones excesivamente alargadas. Interrumpen la trama principal, siendo un mero relleno la mayor parte de las veces. 'Una carta para Momo' da la sensación de querer ser una película madura para los adultos y entretenida para los niños, quedándose en un punto medio que consigue ser algo simple para los adultos y algo aburrida para los niños.

Los personajes son muy simpáticos y tienen su carisma, así como un diseño muy curioso. Sin embargo, son muy arquetípicos y su personalidad ha sido mil veces vista en otras películas. Momo es una chica apocada, vergonzosa e insegura que tiene una evolución previsible pero creíble, superando sus miedos y la muerte de su padre conforme avanzan los hechos. La madre tiene un trasfondo que apoya muy bien la trama y con la cual también se consigue empatizar. Una madre que no expresa sus sentimientos y su dolor por el bienestar de su hija, cargando con todo a sus espaldas.

Quizás la mayor lacra de la película son las apariciones de los espíritus, los cuales pretenden dar a la película ese tono infantil y humorístico al que me he referido anteriormente. Sin embargo, las situaciones tienen a dar vergüenza ajena en muchas ocasiones y sus diálogos, simples y tediosos, irradian humor japonés de ese que es un tanto incomprensible (al menos para mí) al ser sacado del país.

La animación, por otra parte, es muy buena. Se nota donde han ido esos 7 años de desarrollo, consiguiendo unas animaciones fluidas y divertidas. Los fondos realzan a los personajes de una manera muy acertada, consiguiendo un conjunto visualmente muy atractivo. Detrás de los escenarios hay un buen trabajo de campo. Una investigación para documentar la zona que ha rasultado en paisajes vivos, realistas y coloridos.

En conclusión, tenemos una película de mucha calidad visual empañada por una trama con mucho relleno y unos secundarios que, más que apoyar la historia, la entorpecen y bombardean, dando la impresión de no haber sabido sacar más jugo al guión y haber optado por el camino fácil, situaciones infantiles y, ocasionalmente, divertidas. Si se hubiesen ceñido más a las relaciones entre Momo y los niños del pueblo, superando sus miedos y viviendo situaciones abarcadas desde otra perspectiva, quizás la película hubiese sido lo que pretende, una película madura y, a la vez, muy divertida y entretenida.

Podéis encontrar la película tanto en DVD como en Blu-ray gracias a Selecta Visión.